
Poco a poco perdiamos energia encerrados en un ruedo sin salida. Encerrados en lo que podia ser nuestra unica escapatoria. İnocentes voces nos rodeaban queriendo jugar. Golpeaban la jaula y gritaban nuestros nombres. Y se convertian en llantos incesantes de desesperacion.Uno a uno la incertidumbre de nuestro paradero nos sobrecojia...
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